[Off-topic] TIC en Museos - El ejemplo del MAM.

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En esta página vamos a hablar de la importancia que tienen las TIC en la gestión y difusión del patrimonio, centrándonos sobre todo en este último aspecto. Para ello nos valdremos de la visita al Museo Arqueológico de Murcia del día 23 de octubre y de su ejemplo en la implantación de estas técnicas.

La citada salida al MAM constó de tres partes: una introducción, donde nos explicaron el itinerario a seguir y abordaron el tema de las TIC; una ruta por el propio museo (en 2 grupos) mientras nos enseñaban in situ dichas técnicas; y una puesta en común final, donde hubo preguntas relacionadas y aclaraciones varias. El director, Luis E. de Miquel, nos explicó que mayormente las TIC se suelen aplicar a las colecciones permanentes, puesto que es lo propio del museo, más allá de que tengan control sobre las temporales. Vimos pues, que el museo se ha ido adaptando a los tiempos tecnológicamente hablando. Nos dijo que han de hacerlo con rapidez, pues la evolución tecnológica es constante y si te quedas estancado puedes volver a crear una brecha con el público. Hoy en día estamos inmersos en lo que él llamó la "fase de interactividad", donde es necesario que haya contacto e interacción constante con el público.



¿A qué público debe ir dirigida la información? ¿Hasta dónde llega la integración a través de las TIC?

Son preguntas que se tornan en debate en el campo de la difusión del patrimonio. En el caso del MAM encontramos múltiples herramientas para alcanzar a un espectro amplio de la población, procurando dejar al mínimo porcentaje de esta sin acceso a la información (prácticamente el inevitable). El museo implementó en su momento la imagen cuando la sociedad la demandaba; al igual que los vídeos o recientemente la interactividad citada; pues han de ser un reflejo de la sociedad que va a ir a visitarlo. Estos cambios tecnológicos incluyen, entre otros avances, la etiqueta inteligente, el acceso adaptado para personas con discapacidad u otras que iremos desgajando. La llamada etiqueta QR, que permite virtualizar a través de aplicaciones toda la información que se quiera sobre algo en concreto, presenta a la vez el inconveniente del tamaño y de la ubicación. Sin embargo, estos inconvenientes no son nada en comparación con las ventajas que suponen sobre todo aquéllas hechas para personas ciegas o con poca visibilidad, además de un sustancial aumento de información para quien quiera profundizar. Para responder a esta demanda de la sociedad este museo cuenta con dos aplicaciones para móvil; NaviLens Go y NaviLens, destinada la primera a surtir al público de una mayor información sobre piezas, fichas técnicas, salas o el propio edificio (complementándose con la información de la página web); y la segunda a servir como audio-guía para personas con discapacidad visual, ambas a través del escaneo y reconocimiento inmediato de las etiquetas a través del móvil.

Es aquí cuando aparece en escena la pretendida "accesibilidad total", la cual como veremos se puede llegar a rozar a través de numerosas herramientas auditivas, visuales o incluso físicas (véase las rampas, los ascensores o el suelo rugoso a modo de guía para personas con problemas de discapacidad visual). Además de este problema surgen otros como los idiomas o los niveles de lectura. En cuanto al primero, queda claro que a lo sumo y por problemas de espacio, son pocos los museos que utilizan carteles en más de dos idiomas, siendo normalmente el inglés el segundo tras el local. Esta posible carencia y muro lingüístico puede subsanarse a través de aplicaciones para móvil, pues es una posibilidad que nos brinda la tecnología, siendo sucesora de las clásicas audio-guías. El tema de los niveles de lectura, por otra parte, requiere de la adaptación del texto de los carteles de la exposición a todos los públicos, desde el que pueda ignorar por completo lo que está viendo hasta el especialista en la materia. Para ello se utilizan diferentes títulos y subtítulos atractivos y en diferentes colores, entre otras estrategias.
Estos fueron los principales temas a tratar en la visita; además de otros como la gamificación, la adaptación de espacios para niños, el uso del braille o el mantenimiento de ideas como la llamada "pieza del mes" (aparte de lo que suponen las exposiciones temporales), etc.

En la ruta por el museo que realizamos en grupo, en nuestro caso con Luis E. de Miquel como guía, nos fue indicando donde se encontraban y como funcionaban estas TIC, con especial relevancia de NaviLens y NaviLens Go. Abajo adjunto una foto tomada durante dicha actividad por un compañero del grupo que me la ha cedido:

Foto realizada en la exposición permanente del MAM, donde vemos a su director a modo de guía.


¿Qué se puede mejorar?
Visto lo visto y a juzgar por lo que nos contaron en la visita tenemos que tener en cuenta ciertos impedimentos a los que se enfrentan los responsables de la difusión en un museo. Temas como el uso de redes sociales para dar a conocer el museo chocan con aspectos legales e incapacidades de tiempo y formación, como podría ser el subir las conferencias efectuadas en el salón de actos a plataformas como YouTube o la utilización de Twitter. El propio director nos indicó que para 2020 tienen pensado incluir vídeos con lenguaje para sordos, además de ir aumentando y mejorando el sistema de NaviLens/Go (con fichas técnicas, etc.). Más allá de eso podemos dar algunas ideas para la mejora de este y otros museos. Una de ellas puede ser la colocación de algunas piezas recreadas que se puedan tocar (dejando claro que son recreaciones precisamente para eso) o una mejora del merchandising, sin olvidar que el fin es la difusión del patrimonio.


Ahora cabría preguntarse cómo podríamos implementar estas TIC para difundir lo mejor posible la figura de Julio II en una posible exposición sobre este personaje.
Bajo mi punto de vista se podrían utilizar aplicaciones móviles como las citadas para exposiciones de personajes, aunque es cierto que quizá con otro enfoque. En mi caso utilizaría una serie de salas iniciales donde se explique tanto quien era Julio II antes de ser Papa como el procedimiento que se seguía en la época para llegar a serlo (tráfico de influencias incluido). Tras esta pasaríamos a una sala plenamente "papal", donde se muestren réplicas de la vestimenta utilizada en la época, si no directamente piezas originales prestadas por algunos museos. Después cabría destacar en otra sala la expansión militar que dio fama a este Papa, haciendo hincapié en los llamados "Papas soldado" y lo que supuso para la sede vaticana. Posteriormente se añadirían un par de salas concernientes a la relación de Julio II con artistas como Miguel Ángel, de quien fue mecenas; y su labor en la reforma de la sede de San Pedro (con carteles sobre arquitectura, historia del arte, influencias, etc.). Finalizaría con el legado de este Papa, por como se le recuerda y qué posibles puntos de inflexión pudo suponer su papado para con el resto, añadiendo datos anecdóticos, como quien fue su predecesor, su sucesor o incluso Julio I.
Para ello utilizaría tanto carteles, como imágenes, recursos audiovisuales, e incluso tecnología 3D si el presupuesto lo permitiese, sobre todo para visualizar una posible recreación de la antigua sede a nivel arquitectónico. Utilizaría dichos carteles en dos idiomas (castellano e inglés), pantallas táctiles con datos y curiosidades varias o la tecnología de las etiquetas QR, para quien desee profundizar en información concreta, pudiéndose ver también desde casa a través de la web. Además de todo eso, se planificaría un estudio de impacto en redes sociales para atraer visitantes, la adaptación y el acceso para personas con discapacidad y una serie de conferencias especializadas en el tema, que brinden un marco más profundo para el que lo necesite o quiera.

Así pues concluimos que las TIC utilizadas en la difusión del patrimonio están siendo usadas y actualizadas constantemente en museos como el MAM, al ritmo que los tiempos y el presupuesto permiten, para llegar al mayor número de personas. Estos avances van e irán de la mano con las necesidades y el lenguaje de la sociedad, adaptándose a ella para no crear esa brecha que, tanto por exceso como por defecto, puede establecerse entre los hábitos tecnológicos de la sociedad y los museos, ya que estos últimos deben preservar su esencia y no depender de la tecnología, sino usarla correctamente como herramienta para la mejora de su labor.

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